marzo 15, 2007

IMANES PARA SANAR

Biomagnetismo
Los imanes existen desde tiempos remotos y hoy, que ya son más conocidas y aceptadas sus propiedades, se han transformado en un elemento más en las terapias alternativas de sanación. Los beneficios de su aplicación son exitosos en enfermedades tan complejas como el cáncer, la artritis e incluso, el VIH.

SANTIAGO, noviembre 18.- Una terapia que ha pasado las fronteras del tiempo y las diversas culturas, siendo avalada por integrantes de la medicina tradicional, así podríamos definir el biomagnetismo. Este sistema de sanación, que se aplica mediante el uso de imanes, no es nuevo. Y, si bien ha evolucionado, ya se hablaba de su uso en las ancestrales culturas china, hindú, árabe, hebrea y las antiguas dinastías egipcias, quienes utilizaban imanes por sus propiedades terapéuticas. Incluso, cuentan las leyendas que la propia Cleopatra dormía con una piedra imán sobre la frente a fin de atrasar su proceso de envejecimiento.

El mayor defensor de la terapia magnética fue el doctor C., J. Thacher un médico que existió durante la segunda mitad del siglo XIX que afirmaba que la energía de la vida provenía de la fuerza magnética del sol y era conducida a través de la sangre debido a su alto contenido en hierro.

A mediados del siglo XX, el interés por la curación magnética aumentó rápidamente en países como la India, Rusia y Japón. Hasta que en 1954 Linus Pauling recibió el Premio Nóbel de Química por sus descubrimientos sobre las propiedades magnéticas de la hemoglobina, una sustancia presente en la sangre que contiene hierro.

En la actualidad, uno de los líderes en este campo es el doctor Isaac Goiz Durán. Este médico cirujano, egresado de la Universidad Autónoma de Puebla y fisioterapeuta de la Escuela de Medicina Física del Hospital Americano Británico, fundó del Centro de Investigación de Biomagnetismo Médico. En 1999 recibió el grado de doctor en medicina bioenergética de la Oxford International University y desde 1988 es investigador independiente del área de Biomagnetismo. Asimismo, es el creador de la teoría del par biomagnético.

¿CÓMO FUNCIONA?
Toda esta interesante terapia se basa en la teoría del par biomagnético que puede graficarse como la “existencia en el cuerpo de puntos específicos que van hermanados y presentando polaridades magnéticas contrarias, Norte y Sur como en un imán común. Al igual que en el caso de los puntos de acupuntura, la ubicación de estos pares biomagnéticos están ya definidos por el Doctor Goiz en un mapa del cuerpo” explica Sergio Córdova, director del centro Ohani, donde por años se ha aplicado esta terapia.

¿Qué ocurre cuando uno de estos pares se desequilibra?, es decir, cuando el ser humano pierde la salud. “En el polo sur de ellos se concentran focos de determinados virus (ya identificados por sus nombres) en un ambiente de pH ligeramente más ácido, mientras que en el polo norte se ubican ciertas bacterias también previamente identificadas, pero en un medio de pH algo más alcalino que en el resto de los tejidos”, explica Córdova.

El diagnóstico se realiza a través de un singular test en el cual son identificados los pares biomagnéticos desequilibrados e infectados, sobre los puntos correspondientes de estos pares. La forma de tratarlo es poniendo imanes de la misma polaridad y de una fuerza superior a los 1000 gauss, lo que produce una interrupción de la retroalimentación energética y simultáneamente se tiende a corregir el pH alterado. Esto redunda en el exterminio de los mencionados microorganismos que pierden su sustento energético. Uno de los grandes beneficios con que cuenta y en el que supera a la medicina tradicional es que el biomagnetismo “extermina con gran efectividad virus, bacterias, hongos, parásitos y especialmente a los virus, lo que la medicina convencional hasta la fecha no consigue. Por su pequeñísimo tamaño y rapidez de reproducción el virus no soporta el impacto magnético que altera su ADN y produce un verdadero cortocircuito en su estructura. Al liberarse de estos indeseables huéspedes el paciente experimenta substanciales mejorías”, señala Córdova.

Los que hemos tenido la fortuna de presenciar los resultados de esta terapia, podemos testimoniar que en pocas sesiones, un gran porcentaje de pacientes experimentan rápidas y notables mejorías, que no se dan comúnmente con otros tratamientos incluso en enfermedades en las que la medicina oficial no siempre reconoce una etiología microbiana como la diabetes, el cáncer, la artritis y otras”.

Por Carla Ingus. (CHILE)